Vistas de página en total

viernes, 21 de febrero de 2014

¿¿¿¿Y ahora qué...????




Llevamos unas semanitas de reflexión, después de la última caída al vacío. (ya imaginais de qué hablo...) Después de varias (muchas) inseminaciones y un aborto bioquímico que costó casi medio año de superar, aquí estoy, planteándome muy en serio pasar a la “artillería pesada”, tal y como la llama Xavier, nuestro doctor. FIV. 
Digo planteándome y no planteándonos porque aquí una servidora es una hipocondríaca confesa a la que le cuesta hasta tomarse un gelocatil. Me pienso que tengo varias enfermedades con sólo oír sus síntomas, y lo de las banderillas en las inseminaciones, bufff, monto un drama que es para verme. Necesito un cojín apretando mi cara, mil doscientas respiraciones antes de clavar la mini aguja, trescientos “vale ya!!... No espera, espera!!!!!! Vale, YA!!.... Nono, espera, espera...”  y las lagrimitas post inyección sumadas, como no, con unas cuantas palabrotas.
Así que imaginaros, yo con una FIV. Pero si solo me han operado una vez y la que le lié al anestesista fué para llevarme a hacer películas. Parecía que me iban a matar, y era una operación de apenas 20 minutos... Tal y como me vio de histérica me chutó, antes de la epidural, un calmante intravenoso... mira, pillé tal cebollón que cuando volvía de la intervención parecía que volvía de pegarme la fiesta de mi vida.  

Pero tendré que coger fuerzas, no me queda otra. Si con Fostipur 75 me vuelvo toalmente isoportable, de sensiblona, irritable, etc, etc, etc, con Fostipur 300ml creo que voy a ser la mujer más neurótica del planeta, pobre mi amore... Y bueno, cuando entre a quirófano les lloraré un rato a las enfermeras. Pero mira,  saliendo del quirófano me sentiré la más feliz porque el siguiente paso ya será poner los mini yo+los mini él en mi barriguita, esperando que se abracen muy, muy  fuerte a mi y podamos ser pronto una familia.
Mientras tanto, muuuucha acupuntura, mucho yoga, paseítos, descanso y muuuuucho amor.




Aquí estoy esperándote, con brazos, puertas y ventanas abiertas.











 


domingo, 9 de febrero de 2014

Vuestros relatos




Empecé con este blog porque realmente no encontraba una  puñetera manera de expresar mis emociones, un lugar donde compartir con iguales una experiencia que está cambiando mi vida por completo. 
 
Todo empezó con uno de vuestros blogs. Leí y leí, reí y lloré, porque en vuestros relatos me sentía tan, pero tan identificada. Somos chicas más o menos de la misma edad, con experiencias más que parecidas, y corazones más o menos rotos, reconstruidos, y reiniciados unas cuantas veces.
Pues éste es mi lugar!!! Gracias por vuestros comentarios, me siento ciber-escuchada, que no es lo mismo que sentirse escuchada en carne y hueso, pero se agradece mucho, muchísimo, apacigua el dolor y da ánimos para seguir en la lucha. 

Sois valientes, vuestras experiencias son muy intensas, muy duras. Pasar por ellas y superar el trance os hace sabias, y vuestros relatos dan fe de ello... Gracias por plasmar vuestra historia, dándome indirectamente herramientas para superar mi trance también. 

Guapas, más que guapas. 




viernes, 7 de febrero de 2014

Todo vacío tiende a llenarse...




Eso dijo mi tío un día. Me gustó tanto la frase que la he recordado el resto de mi vida.  
Este inicio de año está siendo un poco raro. Las ilusiones tardan en aflorar, van llegando de nuevo poco a poco.  En la consulta de mi acupuntora hay un cuadro gigante de una rosa. Me paso los ratos mientras tengo las agujas puestas mirándolo. Es como una especie de meditación. Medito sobre mi vida, sobre lo extraño que es encontrarme en esta situación, y en qué cosas más puedo hacer para salir de esta broma de mal gusto. 

Caminar vacía mi mente, la hace callar. Camino cada día con mis perritas, detengo el ir y venir de preguntas, mi tristeza. Me ayuda a encontrar otros caminos, ilusión, esperanza, y fe. Fe en que la vida es bonita, que este bache nos dará alas en el futuro, que seremos mejores personas porque estamos pasando por esto. 

Ayer ya oscureció cuando salimos al paseo diario. Necesitamos linternas para iluminar el camino del bosque. Miraba el suelo, callada, elevando la vista para controlar a las peludas que estuvieran cerca, pero estaba en uno de mis momentos de desconexión, con el piloto automático. Repasaba el día, cosas del trabajo, la cena, bla, bla bla... Mi chico andaba detrás, callado también en lo suyo, nos suele pasar mucho cuando salimos a caminar, podemos pasar horas en silencio. Y en un momento, así, porque sí, me dio por mirar el cielo. De repente, me salió un “ualaaaa, mira el cieloooo”... estaba tan lleno de estrellas... 

Y el siguiente pensamiento fue un golpe de realidad. Hace tanto que no miro el cielo, que ando totalmente absorta en mis pensamientos, en tratamientos de fertilidad, en cuentas de abuela para llegar al próximo plan de ataque... y el cielo ahí, tan lleno de estrellas... Con lo guapa que es la vida, y yo aquí sin darme cuenta. 




Pues decidí una cosa. Me acordaré cada día de mirar aunque sea 5 segundos el cielo. (viviendo dónde vivo, la verdad es que es todo un espectáculo) Porque eso me da esperanza, me recuerda momentos mágicos donde todo estaba en su justo lugar. Me recuerda que la vida es bonita, que lo conseguiré, que llegará nuestro momento, que todo esto pasará.

Porque que todo vacío tiende a llenarse...

domingo, 2 de febrero de 2014

Juntos, recuprando la ilusión...




En eso estamos. Buscando la manera de creer de nuevo en que es posible, que el milagrito puede pasar. 
Cogiendo fuerzas, invocando todo ese positivismo que parece haberse escapado por alguna rendija de nuestra casa... Mirando arriba, haciendo desaparecer el abismo que se ha abierto ante nuestros pies con el último predictor en negativo. Encontrando sonrisas, inventando el futuro antes de dormir, intentando disfrutar todo lo que podemos del presente. 

Presente... Cuánto tiempo hará que nuestro presente se ha truncado. Qué felices pasábamos tardes enteras hablando en el pisito recuerdas? sin más planes que el de disfrutar, el uno del otro. Que risas nos habíamos pegado en la intimidad, teníamos todo lo que queríamos. Tu y yo. Tu y yo, dibujando un mundo que no nos parecía tan cruel, porque todo era simplemente perfecto. Y ahora, este dolor a secas, esta lucha por seguir viendo que la vida es bonita. Suerte que te tengo. Suerte que cada día tu amor me hace humana, y me reta a seguir adelante, porque te quiero. Porque me quieres y porque nos amamos. 



sábado, 1 de febrero de 2014

Te llamas Mauro



Te llamas Mauro.
Te llamas Mauro y no existes. Bueno, sí  existes, claro que existes. Existes en mi mente, en mi corazón, en mi imaginación. Existes en la habitación vacía de casa, en los juguetes que veo en los escaparates, los pañales de los supermercados, en los pechos amamantando, a las sonrisas de los sobrinos, en las barrigas ajenas llenas de vida . Existes en mi miedo, en el sexo con amor de cada mitad de ciclo, en todos estos segundos latiendo con fuerza mientras pasa el tiempo. Existes en los calendarios, en mis ovulaciones, al "todo llegará" de mamá, a mi nudo en la garganta cuando me hago preguntas que no puedo responder.

Pero te llamas Mauro y eres precioso. Te pareces a nosotros. O puede que no. De hecho me da igual, eres mi hijo. Te has dormido en mis brazos cientos de veces, eres tan dulce.

 En la clínica de fertilidad, ante la mirada de Xavier, nuestro entrañable doctor, vuelves a aparecer, en aquellos cuadros tan bonitos de un óvulo y un espermatozoide transformándose en algo tan bonito como tú.

Han pasado muchos días, han pasado años. A veces estoy contenta de buscarte, pero a veces se me estropea la brújula y ya no sé cómo encontrarte. He estado nerviosa, relajada, contenta, triste y enfadada. He estado pasiva y activa, he estado contemplativa, he estado desesperada, feliz, creyente y atea.
Mauro , he probado dietas , hierbas , brujas , inseminaciones , he levantado las piernas , he estado abajo , encima, delante , detrás , acupuntura , kinesologia , yoga y relajación. Deporte, viajes, cenas románticas... Incluso miré por internet como funcionaba la adopción . Pero lloré mucho y pensé que no estaba preparada.

He mantenido la sonrisa durante horas cuando tu ausencia llena las reuniones de amigas y sus hijos. He jugado al “arri arri Tatanet” millones de veces, a veces apareces como por arte de magia en los ojos de otros niños. Mauro, te echo tanto de menos...

 En este tiempo, he descubierto muchas cosas, Mauro.  Sabías que había amigos que en realidad no lo eran? Gracias a que te haces de rogar, he descubierto quién está a mi lado. Gracias a este largo camino que tengo que recorrer para ser madre, he aprendido que una crisis existencial viene seguida de la verdad. Y me he dado cuenta que tengo mucha suerte de tener gente que me quiere muchísimo. Que no dice nada, pero me lo dice todo. Que también creen que existes, y que te abrazarán casi tan fuerte como yo cuando quieras estar a mi lado. Seguido de este momento tan intenso de mi vida, has sido como una tormenta que se ha llevado todo lo que no me hacía falta, dejando en mi casa sólo aquellos árboles que estaban enraizados de verdad. Ni te imaginas la sombra que he necesitado en algunos momentos.

Una vez viniste pero te fuiste enseguida. Pensé que la vida era muy injusta. Recé, y mira que yo no creo mucho en esas cosas. Pensé incluso que era una pesadilla, pero no lo era. Habías venido pero debías pensar que todavía tenía que aprender unas cuantas cosas más, y nos dejaste el fondo de un precipicio. No entendía por qué nos lo habías hecho, pero después entendí que hay cosas que no tienen explicación. Y voy acabar aceptando que hay personas que tienen un camino a recorrer, y hay que tenemos otro.

Visité una psicóloga que decía que no me preocupara si encontrarte se convertía en nuestra prioridad. Y pensé que era muy extraño desear una personita que todavía no ha elegido ni su cuerpo. Me sentí un poco egoísta. Pero esa sensación terminó pasando, y conocí nuevos procesos. A veces me siento afortunada porque este largo trayecto está trayendo mucha sinceridad a mi vida. Tu papá y yo ya no somos quienes éramos cuando decidimos irte a buscar. Ahora estamos mucho más cercanos el uno del otro, mucho más. Hemos pasado por muchos momentos, algunos muy intensos, no te voy a engañar. Tu papá no llora mucho, pero yo sé que por dentro también ha estado triste. Una vez me dijo que estaba decepcionado con la vida, y tuve mucho miedo de que quisiera detener el viaje. Pero no fue así. 
Te encontraremos, no quiero que lo dudes. Xavier lo dijo un día cuando nos íbamos de la consulta. Me miró fijamente y mientras me daba la mano me dijo " serás madre". Sabes Mauro, era la primera vez que me lo creía.


Y si hay que caminar más, lo haremos.  Porque existes, claro que existes!
Te llamas Mauro y quizás serás un niño que no duerme por las noches... Quizás te pareces  tu  papá y no serás un niño marrano. Y todo te parecerá bien. Quizás eres como yo y te pasarás la vida dando por saco. Te amaremos de las dos maneras, no te preocupes.

Y cuando estés entre mis brazos, me atreveré a pedir unas cuantas cosas.
Para empezar, daré las gracias a los que me has dado alas para seguir volando. A veces una llamada ha hecho llegar toda la comprensión que necesitaba. Explicaré que faltan personas, medios que hablen abiertamente de esta enfermedad. Sí, es una enfermedad. La infertilidad es una enfermedad y debe tratarse con el amor que merece. Hay que saber escuchar tanto como saber callar. Se puede preguntar, se puede respetar el espacio. Se debe entender que una pareja que ha de recorrer este camino debe enfrentarse a una de las crisis existenciales más intensas e importantes de su vida, proceso que la hará cambiar muchísimo. El que pasa por este problema no es un bicho raro, ni merecemos la pena de nadie, solo la comprensión, y el sentido común. Una llamada a tiempo, una sonrisa, un abrazo.